Después de un largo y agotador día de trabajo, la madrastra decidió hacer una visita a la habitación de sus hijastros.Ella había estado deseando su compañía y el roce de su piel.Mientras entraba, podía sentir la excitación recorriendo sus venas.Siempre había sentido atracción por su hijastro, y ahora, estaba lista para actuar sobre sus deseos.Se acercó a él, sus manos recorriendo su cuerpo cincelado, sus dedos recorriendo el contorno de sus bragas.Podía sentir su corazón acelerarse mientras alcanzaba su hombría, sus manos lo engullían. La vista de sus pechos pequeños rebotaba mientras trabajaba su magia, sus ojos se encerraban en los suyos, llenos de lujuria y deseo.Sus manos expertas hacían maravillas, llevándolo al borde del éxtasis.Podía sentir su propio placer acumulándose, sus dedos moviéndose más rápido y duro.La habitación se llenó con el sonido de su pesada respiración, sus cuerpos se entrelazaban en un abrazo apasionado.La madrastra sabía que había hecho bien su trabajo, una sonrisa jugando en sus labios mientras miraba a su hijastro sucumbir a sus deseos.