Mi vecina, curvilínea hijastra, es una vista para contemplar.Ella es una entusiasta del fitness y una animadora, con un culo tan atlético como atractivo.Llevo bastante tiempo fantaseando con ella.Así que, cuando mi amiga sugirió que especiáramos las cosas con ella, estaba más que dispuesta a complacer.El plan era simple: le vendo los ojos y deje que mi amiga tome las riendas.Cuando comenzó, ella soltó un gemido de puro éxtasis.La venda parecía agudizar sus sentidos, haciendo que cada toque se sintiera más intenso.Su cuerpo se retorcía de placer mientras exploraba cada centímetro de ella, sus manos trazando un camino por sus curvas.La vista era hipnotizante, su preciosa cara se complacía de placeres mientras gemía fuerte.Esto no se trataba solo de sexo.Se trataba de la emoción de lo desconocido, la excitación de lo prohibido.Se trataban de satisfacer nuestros deseos más profundos y explorar nuevos territorios.Y digamos, hicimos un buen trabajo maldito.