Uniéndose a mi vecino para una sesión caliente en su cumpleaños

En un cálido día de verano, decidí sorprender a mi vecino con un pastel de cumpleaños.Al tocar a su puerta, él me recibió, y mientras charlamos, el ambiente creció cada vez más cargado.Sus ojos chispearon con un brillo pícaro, insinuándonos el deseo insaciable que se echaba debajo de la superficie.Cuando se hizo a un lado el pastel, nuestros cuerpos comenzaron a entrelazarse, nuestra ropa se desechó en un frenesí de pasión.La vista de su palpitante hombría envió ondas de anticipación corriéndose a través de mí, y yo ansiosamente lo lleve a mi boca, saboreando cada centímetro de él.Nuestros cuerpos se movían en perfecta sincronización, nuestros gemidos de placer resonando por la habitación.El clímax era explosivo, dejándonos a ambos sin alientos y satisfechos.Mientras nos recostamos juntos, basándonos en el brillo posterior, me di cuenta de que este era el mejor regalo de cumpleaño que me había dado jamás.