Siempre había albergado un profundo deseo por mi hermanastra, y cuando se presentó la oportunidad, la aproveché con ambas manos.Pretendiendo ser su novio, me metí en su habitación con el pretexto de una visita sorpresa.Mientras nos tumbábamos en la cama, no pude resistir las ganas de probarla, y me di el gusto de tener un encuentro apasionado con ella, todo mientras mantenía mi portada.La emoción de nuestro encuentro secreto solo alimentó mi deseo, y continué complaciéndola hasta que estuvo al borde del éxtasis.Pero el verdadero desafío radicó en ocultar mi verdadera identidad y mi insaciable necesidad por ella.A pesar de los riesgos, me vi perdido en el intoxicante mundo de nuestro prohibido amor, entregándome al placer de nuestro baile carnal.