El momento había llegado para que el príncipe Yahshuas llevara su amor, Nina Rivera, al siguiente nivel.Él anheló explorar sus deseos más profundos, y sabía exactamente dónde comenzar.Cuando ella se reclinó en el sofá, acariciaba suavemente sus curvas, sus ojos se llenaron de promesas tácitas de placer.Nina, una belleza voluptuosa de tetas naturales, correspondió sus avances, llevando ansiosamente su longitud a su boca.Pero el príncipe Yahshúa tenía otros planes en mente.Deseó penetrar su puerta trasera, y con una mano suave, guió su enorme eje negro hacia su apretado e invitador agujero.Nina aunque se sorprendió por la repentina intrusión, pronto sucumbió al placer, su cuerpo se estremeció con cada embestida profunda.Esto no fue más que una rápida follada; fue un encuentro sensual lento que la dejó gastada y satisfecha.Mientras se retiraba de ella, el culo ninasioso brilló, un testimonio de su apasionado encuentro.