Mi hermanastra y yo siempre hemos compartido un vínculo especial, uno que trasciende la típica relación de hermanos.Nuestra conexión nos ha llevado a explorar nuestros deseos más profundos, y en un fatídico día, nos encontramos solos en mi habitación del dormitorio, a nuestros padres en un viaje.Sin nadie más, decidimos disfrutar de una ducha caliente juntos, nuestros cuerpos brillando bajo el agua tibia.Como nos enjabonábamos, nuestras manos inevitablemente encontraron su camino hacia nuestros respectivos culos, una vista prohibida pero tentadora que no pudimos resistir.Pasamos horas en el baño, nuestros cuerpoes se entrelazaban, nuestras manos explorando cada centímetro de la piel de cada uno.La intensidad de nuestro deseo era palpable, y sabíamos que esto era solo el comienzo de nuestro viaje juntos.La ausencia de nuestros padres había transformado nuestro juego inocente habitual en un encuentro apasionado, dejando a ambos ansiando más.