No soy el más delgado, pero me he hecho un coñito gordo y jugoso que siempre pide atención.Y cuando estoy solo, no puedo resistir las ganas de darle un poco de bombeo.Es una sensación extraña, pero ay, tan satisfactoria.La sensación de mis dedos estirándolas y llenándolas, lo suficiente como para hacerme débil en las rodillas.He probado todo tipo de juguetes, pero nada se compara con la sensación de mi propia mano.Es un proceso lento y deliberado, cada vez que bombeo, puedo sentir sus paredes pulsando, ansiosa por más.Es un espectáculo para contemplar, mi mano rellenita desaparece en sus profundidades, solo para surgir momentos de relación a largo plazo, que brilla con su placer.Es un acto en solitario, pero su que nunca falla en ponerme dura.Es una exhibición tentadora, un testimonio del placer que se puede derivar del propio cuerpo.Así que, si se meten en oro, jugosos coños siendo bombeados, luego se mete un regalo para un regalo.